domingo, 14 de julio de 2013

Cómo comenzar en el mundo de la traducción (2 de 2)

Esta es la segunda y última parte de mi pequeña introducción al universo de la traducción freelance para recién graduados que comenzó en la entrada anterior. Esta se centra en los aspectos más prácticos, como son las tarifas, el marketing y la experiencia profesional.

Tarifas


Siempre habrá algunos clientes (de los malos, de los que tienes que evitar ahora y siempre) que te dirán que, como estás empezando, tienes que bajar tus tarifas. O, lo que es peor, que tienes que aceptar sus tarifas ridículas. No te lo creas. Dicen exactamente lo mismo a todos los traductores, independientemente de sus años de experiencia. La diferencia es que los traductores principiantes, ante el miedo de perder una oportunidad, suelen aceptar esas tarifas. Pero haciéndolo no solo estás perjudicando al resto de tus compañeros de profesión (que entiendo que te puedan importar un carajo), sino, sobre todo, a ti mismo. Aceptando tarifas inferiores a las del mercado jamás conseguirás que ese cliente te ofrezca tarifas mejores (¿para qué pagar más si ya me lo estás ofreciendo a un precio más bajo?) y nunca te llegarán trabajos de calidad. Lo digo por propia experiencia, ya que una vez acepté de una agencia una tarifa de 0,045 € por palabra (ojo, que no es, ni mucho menos, una tarifa para tirarse de los pelos con lo que hay por ahí) y, desde entonces, tuvieron la desfachatez de ofrecerme solo trabajos de 0,035 €, y dando las gracias porque, según ellos, tenían traductores capaces de hacerlo por 0,01 €. Obviamente, no he vuelto a trabajar para ellos. Bajar las tarifas nunca lleva a nada bueno y no te convertirá en un traductor de éxito. Para que te hagas una idea, las tarifas para agencias en un par de lenguas común como es de inglés a español y en ámbitos no especializados suelen situarse entre los 0,05 € y los 0,08 €, sin incluir el IVA (para clientes directos se pueden subir los precios algunos céntimos más, así como en traducciones técnicas, jurídicas o médicas, que suelen superar los 0,10 € por palabra). Si una agencia te ofrece menos de eso, no es un buen cliente con el que trabajar, por mucho que te prometa que una tarifa baja es igual a grandes volúmenes de trabajo: es mentira. Ahora te toca a ti decidir qué tipo de traductor quieres ser: el profesional de calidad o el barato al que recurren cuando necesitan traducciones poco importantes.

Promoción


En la traducción, como en cualquier otra empresa o negocio, es esencial promocionarte para que los futuros clientes te encuentren y te conozcan. En esta era de internet, es mucho más fácil de lo que parece. Voy a repasar tres formas de promoción que me han ayudado a encontrar trabajo, ordenadas de menor a mayor coste: Linkedin, Proz y página web.

LinkedIn es una red social para profesionales esencial en el caso de los autónomos, ya que nos vale para relacionarnos no solo con compañeros de profesión, sino también con posibles clientes. El perfil básico es gratuito, pero lo cierto es que es una plataforma ya demasiado masificada y de la que no se hace siempre buen uso. No obstante, puede resultar útil en algunos aspectos, como el de poder pedir recomendaciones de clientes.

Soy consciente de que hay muchos compañeros de profesión que odian todo lo relacionado con ProZ, pero yo solo puedo tener buenas palabras para esta plataforma para encontrar trabajos de traducción. Sí, es cierto que hay muchas agencias que se aprovechan de ProZ para conseguir traductores a precios ridículos, y que muchos pseudotraductores destruyen el mercado con tarifas absurdas para conseguir proyectos, pero eso no es algo exclusivo de esta plataforma. Yo empecé con un perfil básico gratuito, pero un día decidí hacerme miembro de pago a raíz de una oferta de descuento en la inscripción y se me abrió un mundo de posibilidades. ¡Era la primera vez que los clientes se ponían en contacto conmigo, en vez de al revés! Existen muchas formas de hacer uso de ProZ y ninguna de ellas tiene por qué incluir reventar las tarifas del mercado. Con un buen perfil, un buen posicionamiento en las búsquedas y recomendaciones de agencias para las que se ha trabajado, se pueden conseguir muchos y muy buenos clientes. Los precios de afiliación anual se sitúan alrededor de los 100 euros, aunque varían según las distintas ofertas y promociones. Si sabes hacer uso de esta herramienta, serán los 100 euros mejor invertidos de tu vida.

Por último, puedes dar el paso más profesional de todos: la creación de una página web para ofrecer tus servicios. No solo facilita que te encuentren, sino que la sensación de profesionalidad y saber hacer que trasmitirás a tu futuros clientes es incomparable. Además, podrás crear una imagen de marca con beneficios incalculables para tu negocio. Es la opción más cara de todas, pero es una inversión segura.

Experiencia


Quizá lo más complicado es conseguir experiencia como autónomo con la que rellenar el currículum y tener algo para ofrecer a futuros clientes. Debo admitir que yo no hice prácticas en empresas mientras estudiaba en la universidad, porque ya hacía pequeños trabajos de traducción profesionales a tiempo parcial, pero es algo que recomiendo, siempre y cuando sean remuneradas ―por poquito que sea, para no tener la impresión de que se está pagando por trabajar― y que sean prácticas de traducción, claro está (a los futuros clientes les da igual que hayas sido gestor de proyectos durante un año si no has realizado ni una sola traducción durante todo ese tiempo). Tampoco soy nada partidaria de las «prácticas» una vez licenciados: son una forma que tienen las empresas de aprovecharse de trabajadores totalmente preparados y cualificados para conseguir mano de obra barata. La experiencia como autónomo se consigue con mucha paciencia, poco a poco: un día te llegará la oportunidad de tu vida, probablemente gracias a que alguna agencia no se fije tanto en tu currículum, mediante una prueba de traducción (tema que trataré en entradas posteriores). Mientras te llega esa oportunidad, puedes ir realizando traducciones voluntarias para ONG o causas benéficas que apoyes (no confundir con traducciones gratuitas o a tarifas minúsculas para empresas con ánimo de lucro). Puede que algunos de los responsables de esas ONG estén encantados de escribirte una carta de recomendación que puedas presentar ante clientes que te pidan referencias.

Destacar entre la multitud


Está claro que para poder vivir de la traducción hay que ser buen traductor: entregar traducciones impecables, a tiempo y sin faltas de ortografía ni errores tipográficos y mantener una buena comunicación con el cliente. Si puedes hacer todo esto, que no te quepa duda de que te lloverán clientes. El problema es el siguiente: ¿cómo conseguir que me den la oportunidad de demostrar lo que valgo? Diferénciate de los demás. Ofrece algo que los demás no ofrezcan. Diseña (sí, es la palabra adecuada) un buen currículum o folleto de servicios con un formato que se salga de lo estándar y que sea fácil de leer (nada de parrafadas); escribe una carta o un correo electrónico de presentación en el que expliques todo aquello que no has metido en el currículum y en el que te vendas de la mejor forma posible; hazte una página web original y profesional; cúrrate tus perfiles profesionales en redes sociales y crea una imagen de marca. En definitiva, demuestra a tus futuros clientes por qué deberían confiar en ti y no en otra persona. Si consigues llamar su atención, puede que te den esa oportunidad tan deseada. Y recuerda: esa oportunidad puede que sea la única; si la desperdicias, ese cliente ya no volverá. La primera traducción (o la prueba de traducción) de un cliente es la traducción más importante de tu vida. Si la haces bien ―o , mejor aún, sobresaliente―, tendrás encargos de ese mismo cliente para los restos. Demuéstrale que eres profesional, pregunta todas las dudas que tengas y entrega tu traducción lo antes posible, sin esperar al último momento. Si están satisfechos con tu trabajo, te llegarán muchos más proyectos. Y una vez que hayas conseguido tu primer cliente habitual, es cuestión de tiempo que lleguen los demás. En ese momento te habrás dado cuenta de que ya estás metido de lleno en el mundo de la traducción.

10 comentarios:

  1. Sara, son dos entradas muy interesantes. :) Te deseo lo mejor con este nuevo blog. ¡Un saludo desde Granada!
    Elena Fernández

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  2. Me han gustado mucho las entradas.
    Desde el punto de vista de alguien que acaba de terminar el segundo año de carrera, me parecen unos consejos muy útiles.

    ¡Un saludo! =)

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    1. Gracias, Isabel. Lo cierto es que estás en el momento perfecto para empezar a informarte de todo lo relacionado con tu vida después de la universidad. No esperes a graduarte para saber por dónde comenzar :)

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  3. Hola de nuevo, Sara. Comenté la entrada anterior sin darme cuenta de que ya habías publicado la segunda parte. Un vez más, enhoranbuena por la entrada, que me ha parecido muy interesante.

    Un saludo.

    Cristina

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  4. ¡Hola, Sara! Me han gustado mucho tus dos entradas, son útiles y amenas :) Las comparto en mi página de Facebook y en mi Twitter.

    Elena Nevado.

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    1. Me alegro de que te hayan gustado, Elena. Muchas gracias por todo :) .

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  5. Hola!

    Sara un saludo desde Brasil. Aunque esta entrada sea del 2013 me pareció muy útil.
    Gracias por compartir.

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